jueves, 1 de noviembre de 2012

Café


Estornudé mientras tú tomabas el café.¿Estás bien? Mientras dejabas la revista que estabas leyendo, elevaste la mirada y te encontraste con mis ojos. Creo que estoy resfriada, te dije con el pelo todavía enmarañado. Tenía una pinta horrorosa y la nariz un poco sonrojada, pero a ti pareció darte igual porque sonreíste y me abrazaste suavemente. ¿Me vas a contagiar más?, me susurraste después de besarme el pelo. No entendí tú pregunta. ¿Más?Pregunté. A ti debió hacerte gracia porque se te escapó una risa traviesa y me abrazaste con más fuerza. Sí, más.Y lo dijiste como una sentencia. No entendía por qué no seguía tu sucesión de pensamientos, como siempre hacía. Supuse que sería porque estaba acatarrada. ¿Hiciste café?, te pregunté todavía entre tus brazos. Qué bien olías. Una mezcla de nuestro gel, tu colonia y la cafeína que recorría tu piel. Uhmmm, te bebería entero. Ahá... dijiste mirándome intensamente. Noté como mis rodillas se volvían gelatina y mi corazón latía con más fuerza. Tu mirada todavía me descontrolaba, después de todos estos años. ¿Qué sucede? No es que no me gustase que me miraras como si fuese deseable, pero no entendía por qué ese momento era especial. Tomaste aire antes de hablar, estoy esperando a que me contagies más...de ti. Y entonces me besaste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario